Estabilidad, comodidad y presencia en una asana

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Estabilidad, comodidad y presencia en una asana son factores que tienen que estar siempre presentes en tu práctica de yoga. Cualquier postura debe resultarte cómoda y estable, para que así puedas convertir tu práctica en una meditación; una meditación en movimiento en la que con cada asana consigas centrarte en el momento presente.

Lógicamente al principio te va a costar encontrar esos importantes elementos, pero con práctica, constancia y entrega acabarán apareciendo. Comenzarás a disfrutar de cada postura. Si, incluso del perro boca abajo, aunque en tus primeras clases te suene a chiste cuando el profe dice que es una postura de descanso.

Sthira sukham asanam

Estabilidad, comodidad y presencia son nombrados por primera vez por Patanjali en uno de sus Yoga Sutras: «sthira sukham asanam«. Sthira se traduce como «estar estable, firme»; sukham «estar cómodo, relajado»; y asanam se traduce normalmente como «postura». Pero tiene un significado mucho más amplio, pudiéndose traducir también como «estar presente en tu cuerpo, estar aquí, estar centrado en el momento presente».

Respetando estos tres factores también estarás cumpliendo algunos de los Yamas y Niyamas, dos de las ocho sendas del yoga de las que os hablo en esta entrada del blog. Entre otras cosas, te dicen que respetes y cuides tu cuerpo en todo momento, que aceptes tus limitaciones y no fuerces tu cuerpo más allá de esos límites, que interiorices tu práctica para centrarte más plenamente en ella.

Mi estabilidad, comodidad y presencia personales

Por supuesto que es cuestión de práctica llegar a sentir todo esto en cada postura, pero como ocurre con cualquier actividad o disciplina que introduces en tu vida. Lo importante es ir sintiendo como te fundes con cada asana, poco a poco, sin ninguna prisa, dejando el ego y la falta de confianza en uno mismo de lado y disfrutando de cada paso en el camino.

Sin lugar a dudas, Parivrtta Parsvakonasana (postura del ángulo lateral en torsión) es una de esas asanas en las que consigo disfrutar plenamente. Mi estabilidad, comodidad y presencia en ella me permiten cerrar los ojos, sentir totalmente la postura y centrarme en el momento presente.

En tu práctica

No lo olvides, trata de introducir estos tres factores desde el primer momento en que el yoga entre a formar parte de tu vida. Que cada postura sea estable, bien enraizada a la tierra, esforzándote sin forzar para que tu cuerpo no tiemble. Que sea cómoda, para que tu respiración sea fluida en todo momento, para que puedas conectar con tu interior. Y así, con todo ésto, poder sentirte presente en cada postura.

Respetando estos elementos evitarás lesiones y el sentimiento de frustración de que esta práctica no está hecha para ti, dos hechos que pueden tener lugar en tus inicios. Y sentirás realmente qué es el yoga y todos los beneficios que va a comenzar a aportarle a toda tu vida.

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